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19 de noviembre de 2025 Por admin10

8 errores más frecuentes a evitar yendo en moto

Conducir una moto es una de las sensaciones más libres y emocionantes que se pueden experimentar. La carretera se abre a tus pies, el paisaje vuela a tu lado y eres tú, la máquina y el asfalto. Pero esta libertad viene acompañada de una responsabilidad inmensa. La vulnerabilidad del motorista exige una conducción hábil, preventiva y, sobre todo, inteligente.

Para disfrutar con seguridad de cada trayecto, es crucial conocer y evitar los errores más comunes. Aquí tienes ocho que pueden marcar la diferencia.

1. No llevar el equipamiento adecuado

Es el error más grave y, paradójicamente, uno de los más frecuentes. La carne no es asfalto. Llevar shorts, camiseta o sandalias es una tentación peligrosa en verano. El equipamiento no es solo para los posibles accidentes; te protege del frío, el calor, la lluvia, las piedrecitas y los insectos. Siempre debes llevar: casco homologado (sin olvidar la visera), chaqueta y pantalones de moto resistentes, guantes y botas que protejan los tobillos. La piel es tu segunda piel.

2. Conducir por el ángulo muerto de los coches

Los conductores a menudo no nos ven, no por mala fe, sino porque no nos miran. Si te sitúas en el ángulo muerto de un vehículo, eres invisible. Evita circular paralelamente a un coche, especialmente en los carriles adyacentes. La clave es: posicionarte donde puedas ver el rostro del conductor por los retrovisores. Si le ves a él, es probable que él también te vea a ti.

3. Frenar de manera brusca en una curva

El instinto, cuando entras con exceso de velocidad en una curva, es frenar. Esto es un error peligroso, ya que la moto se endereza y sale de la trayectoria. La técnica correcta es: frenar antes de la curva y, una vez dentro, mantener una velocidad constante o acelerar suavemente para ayudar a la motocicleta a mantener la tracción. Mira siempre hacia donde quieres ir, no hacia el peligro.

4. No anticiparse a los peligros

Ir en moto no es solo conducir; es predecir el futuro. Tienes que ser capaz de leer la carretera y el comportamiento de los demás. Un coche que oscila en su carril, un peatón distraído en la acera, un poco de gravilla en una curva… La conducción preventiva significa: mirar lejos, analizar el entorno y tener siempre un «plan B», un espacio por donde escapar si algo sale mal.

5. Omitir el mantenimiento mecánico básico

Tu moto es tu compañera y tu vida depende de ella. Subirse sin revisar las presiones de los neumáticos, los frenos, las luces o el nivel de aceite es una lotería que no vale la pena jugar. Haz una revisión rápida antes de salir: ¿la rueda tiene la presión correcta? ¿Frena bien? ¿Funcionan los intermitentes? Solo te llevará dos minutos y puede ahorrarte un susto muy grande.

6. No ser visible

Como dice la advertencia clásica: «Hazte ver». Enciende las luces de cruce siempre, incluso de día. Viste con colores vivos o, como mínimo, lleva alguna prenda reflectante. Circula con las luces de cruce encendidas siempre y utiliza los intermitentes y los frenos de manera clara y anticipada. El objetivo es: que nadie pueda excusarse diciendo «no le he visto».

7. Confiarse en exceso

Ya sea por sobrevalorar tus habilidades, por conocer demasiado bien una carretera o por ir en grupo, la confianza excesiva es una enemiga silenciosa. Es lo que te hace tomar una curva más rápido de lo debido o frenar más tarde de lo necesario. Mantén la humildad: la carretera siempre puede esconder una sorpresa (aceite, arena, un charco). Respeta siempre tus límites y los de la vía.

8. No tener en cuenta las condiciones meteorológicas

El asfalto mojado, el viento o la niebla cambian las reglas del juego. La distancia de frenado se alarga, la tracción se reduce y la visibilidad empeora. Adáptate siempre: reduce la velocidad, aumenta la distancia de seguridad y evita las marcas viales y las líneas de pintura cuando llueve. Circula con más suavidad en todas las acciones.

Conclusión

Conducir una moto es un viaje continuo de aprendizaje. Evitar estos errores no solo te hará un motorista más seguro, sino que también te convertirá en un conductor más hábil y, en definitiva, te permitirá disfrutar de la libertad de las dos ruedas durante muchos más kilómetros. La diversión no está reñida con la prudencia; de hecho, son las dos caras de la misma moneda. Buen viaje y… ruedas seguras.

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